Este original cuento, con todo letras y cero dibujos nos ha sorprendido a toda la familia. Los niños se parten de risa cuando se lo leemos, y es que hay que decir una cantidad de tonterías tremenda (las que vienen en el cuento) más las que nosotros nos inventamos).
Personalmente, tengo que decir que hay noches en las que me lo piden y me da pereza leerlo. Sin embargo, a mitad del cuento, cuando los niños sueltan sus carcajadas, acaban contagiándome a mí también y terminamos el cuento todos muy contentos.

Momento “locura de letras”
¡Ojo! Hay que dejar la vergüenza atrás y sacar tu vena de payasete para leer este cuento de forma correcta.
Un momento en familia muy divertido para acabar el día