En cuanto a las edades:
En muchos de los juegos y juguetes que incluimos, hemos indicado una edad. Esta edad es sólo orientativa. Nosotros sólo señalamos la edad a la que esos materiales han funcionado bien con nuestros niños.
Pero cada niño es un mundo. Nadie mejor que los propios papás y mamás para saber si sus niños ya están listos para esos juegos o aún les falta un poquito.
Por eso hemos intentado explicar todo el material lo mejor posible, de manera que podáis entender de qué va cada actividad y decidir si vuestros peques ya están preparados para disfrutar de ella.
¡Ojo! Muchas veces os sorprenderán 😉
Y otras cositas a tener en cuenta:
A veces, es buena idea modificar un poco las reglas de los juegos o incluso inventarse reglas nuevas para adaptarlas a los gustos o las necesidades de vuestros peques. Lo importante es que se enganchen al juego, que disfruten y que sean un poquito más felices. Y si para eso hay que inventarse por ejemplo que hay tres ganadores en lugar de uno, pues estupendo. O si hay que hacer un poquillo de trampas disimuladas para que ganen alguna vez, pues a trampear 😉
Como ya sabéis, lo mejor para jugar con los peques es derrochar alegría, hacer un poco el payaso y no tener vergüenza por hacer el ridículo. Además, en muchos juegos podéis cambiar de roles (ser piratas en el juego de los piratas o granjeros en el juego de las gallinas). Los niños se divierten mucho más (y los papás también) y el momento de jugar a juegos de mesa en familia se convierte en la hora del día más especial para los peques.
Lo que hemos conseguido en casa:
Desde que empezamos a jugar a juegos de mesa en casa, hemos notado una tremenda y muy positiva evolución en Simón. Ha aprendido un montón de cosas:
- a explicar las reglas a sus amigos y familiares (mejorando notablemente su expresión oral)
- a perder (encajando así mucho mejor las frustraciones)
- a practicar numerosas habilidades que contribuyen a su desarrollo: coger cosas pequeñas (mejorando la pinza), contar, sumar, estrategias de juego…
- a consolar a los que pierden (aprendiendo así un poco a empatizar con los demás, algo tan complicado para este tipo de niños)
- a desarrollar su imaginación (ahora se inventa juegos, con sus reglas propias, nos los explica a todos y nos pone a todos a jugar)
Y como muestra, un botón. Esta es la que se lía en casa cuando jugamos al Cocoricó:
En definitiva, los beneficios de jugar a juegos en familia nos parecen innumerables. Así que, ya sabéis…
El primer juego inventado por Simón
Un día, Simón nos sorprendió con el despliegue que veis en las fotos. Nos vino con tres fichas de lego y un “rotu” para que le escribiéramos en cada cara “arriba, abajo, izquierda y derecha” y nos llevó al salón ¡se había inventado su propio juego!. Con las tapaderas de las papillas y el “dado”, se había fabricado su propio memo. Hay que tirar el dado y levantar una ficha en la dirección que indique y después, tienes que buscar su pareja. Si lo consigues, te quedas con las tapaderas y si no, le das la vuelta otra vez. ¡Ah! Si el dado cae de pie, pierdes un turno.
Ya ha jugado varias veces con su hermano e incluso se lo ha llevado a casa de los abuelos a jugar con ellos.
¡La imaginación al poder!